FENIA; una ficción de la mafia rusa en España que puede ser real
Jesús Varela
Un nuevo libro de M.A. Marcos Fernández sale a luz pública, en esta ocasión con un deslumbrante, trepidante y crudo relato sobre la mafia rusa en España. La novela ФЕНЯ (FENIA) asume de inicio que la mafia rusa está implantada en la península ibérica; más bien en una zona concreta de ella, Levante – Sur, por mor de los pactos territoriales entre las diferentes mafias procedentes del este europeo. Precisamente, la novela se inicia con un incidente por el que Boris Afanásievitch Kozlov, „El Matemático de la Mafia“ sospecha que el pacto tácito de no agresión entre las familias mafiosas y del respeto de los respectivos territorios ha saltado por los aires. Boris Kozlov es consejero, o soviétnik, de Iván Davídovitch Gninenko, conocido como “Iván el Terrible,” quien dirige con sagacidad y mano férrea las actividades fuera de la ley de la mafia rusa denominada “Los Escorpiones de Tambov”.
Kozlov propone a su jefe una estrategia para reconducir la situación y la defensa de los intereses de los “Escorpiones de Tambov” en España, que les lleva a colaborar por un lado con el gobierno español en su lucha contra ETA y por otro a buscar un acuerdo, que termina imponiéndose por la fuerza, con el alcalde de la rica ciudad de Marbella, buscando asentarse en la península con un casino de proporciones desconocidas hasta ese momento.
En la superficie, la novela es un despliegue bien articulado de cómo Boris Kozlov conduce la situación; que se resuelve con los costes materiales y personales correspondientes, entre ellos la pérdida de su hermano, en favor de “Los Escorpiones de Tambov”. En apariencia, es una novela de acción y violencia, llena de incidentes contados con un ritmo trepidante que mantienen vivo y despierto el interés del lector. En su capa externa, la novela refleja con todo lujo de detalles el modus vivendi de muchos ricos, poco escrupulosos con el origen del dinero y muy inclinados a la exhibición de su poder económico mediante la adquisición y compra de los objetos más lujosos, por extraños y caros que uno pueda imaginar. La narración deslumbra por la puesta en escena y la resolución de las secuencias que componen la trama de la novela, que se engarza en el hilo conductor del imperturbable soviétnik, Boris Kozlov. El escritor, a través de un narrador omnisciente, maneja las claves de su historia y modifica las rutas del relato para impresionar al lector.
La narración de los medios que utiliza Boris Kozlov para la defensa de los intereses de „Los Escorpiones de Tambov“ y su lucha contra su eterno enemigo, la mafia chechena „Puño de Acero“ es el objetivo principal de la novela; pero a través de ella, también nos propone el escritor una reflexión sobre la corrupción política y la lucha contra el terrorismo. En la profundidad subyace el eterno dilema de elegir entre Bien y Mal, en la que los mafiosos parecen representantes únicos de la opción maligna. Marcos Fernández plantea con crudeza las acciones de violencia de la mafia, con recreación tan viva de los hechos que roza el sadismo en algunos pasajes. Es uno de los puntos fuertes de Marcos Fernández en su Fenia: el detallismo en la descripción de las escenas y la acumulación de detalles que impresionen al lector, incluso de las actividades y objetos de lujo, pintados con puntillismo informativo excelente. Fobias, temores y toda clase de emociones surgen en cada capítulo de la novela; las más de las veces, situando sicológicamente al lector al lado de las víctimas de las acciones crueles y desproporcionadas de los mafiosos y delincuentes, sean de un tipo o de otro.
También, la lectura alimenta en el lector una simpatía comprensiva hacia el protagonista central de la obra, Boris Kozlov, a quien describe sin sentimientos, pero del que se vislumbra una grieta afectiva que le impide reaccionar contra el engaño de su mujer, Katerina,mantenido en secreto por ella, pero conocido por él e informado puntualmente por sus agentes. En esa misma línea de excitar emociones contrapuestas, el lector apreciará a Katerina por su reacción despechada a la falta de atención de su marido, quien la ignora a pesar de su aún impresionante belleza, pero modulará su simpatía cuando Katerina inicia el camino de autodestrucción con el sacrificio de su perfil de esposa fiel y sumisa.
Además, la FENIA de Marcos Fernández impulsa en el lector la comprensión indulgente de algunas malvades de los mafiosos en línea con el principio maquiavélico: „el fin justifica los medios“. ¿Es lícito cometer un delito si se obtiene un beneficio de mayor orden?
Las intrahistorias de FENIA se entretejen con hilos procedentes de ese enfoque maquiavélico; intrahistorias que resultan perfectamente creíbles y que se compadecen con hechos de algunos de nuestros gobernantes y políticos, que se ven reflejados en esta novela como en un espejo. Similares conflictos morales que debieron surgir en su momento, o más bien, las justificaciones para determinadas acciones que pertenecen a la historia reciente de España, son mimetizados por ministros, jueces y alcaldes que desfilan en la novela, que son claramente identificables por el lector.
Francisco Burgos Lecea: un brillante narrador en el olvido
Autor: José Rasero Balón
Publicado en CaoCultura13 de marzo de 2017
Publicado por la Editorial Dalya y con Prólogo de Juan José Téllez (en el que ya nos avisa: “Lo que descuella en esta obra es la noticia puntual sobre la biografía y los empeños del escritor jerezano Burgos Lecea, cuyo nombre y cuyos libros fueron borrados de un plumazo de nuestro patrimonio intelectual.”), el ensayo se divide en Introducción, veintidós capítulos, y los anexos.
En la Introducción, Gil Cano nos relata cómo llegó a Burgos Lecea. La revista Isla (publicada en Cádiz entre 1932 y 1936, y en Jerez desde 1937 a 1940), incluye una reseña en su número 5 (dirigido por el poeta gaditano Pedro Pérez Clotet) sobre Los caballitos del diablo, de Francisco Burgos Lecea, jerezano. El gentilicio hizo saltar las alarmas de Mauricio. Un autor de su ciudad del que no sabía nada. “Un maestro en el difícil arte de narrar, ignorado; un rebelde contra la injusticia y el dolor cuyas palabras flotaban en el olvido”.
Y comienza la labor de búsqueda. Tras consultas infructuosas en diccionarios de literatura, pesquisas en archivos varios y hemerotecas, o la constatación de que “hoy por hoy, puede considerarse prácticamente inencontrable El cuaderno emborronado: libro de aguafuertes (publicado en 1933), consigue hacerse Gil Cano con las primeras ediciones –y únicas– de Xaicxi, delantero (1928) y Los caballitos del diablo (1933). En ellas encuentra mayor información y, poco a poco, va reconstruyendo la actividad vital y literaria de Burgos Lecea.
También en la Introducción, leemos un hecho que define el carácter honesto, comprometido, y bondadoso de nuestro protagonista. José Gutiérrez–Ravé recoge (en un curioso librito de 1943 titulado ¿Cómo se liberó usted?) el testimonio de catorce personalidades que sufrieron prisión durante la Guerra Civil en la “zona roja”. Destaca Mauricio el del novelista Ricardo León. Cuenta el barcelonés que cayó preso en una de las peores checas de Madrid, y que se hallaba irremediablemente sentenciado al “paseo”, en represalia por el asesinato de García Lorca: “Otro poeta me salvó. Burgos Lecea”.
En los siguientes doce capítulos, Mauricio Gil Cano recupera y analiza la vida y la obra del escritor jerezano. Nacido la tarde del 2 de agosto de 1898 en la calle Santa Clara, su familia se trasladó posteriormente a Madrid, donde publica sus primeros cuentos en la revista taurina La Lidia, en 1918. Trabajará como empleado municipal, comenzará su compromiso político, siempre cercano al comunismo, y se casará con María Dolores López, con quien tendrá tres hijos.
En 1928 publica el libro de cuentos Xaicxi, delantero. Doce cuentos, con gran éxito de crítica, “que reproducen el mismo esquema: alguien de origen modesto se afana por conseguir el éxito hasta el agotamiento o la muerte”, y en los que Burgos Lecea “presenta (ya) un universo narrativo propio”.
En 1933 publica otros doce cuentos bajo el título de Los caballitos del diablo. Baste citar una de las críticas que nos presenta Mauricio Gil Cano. Ataúlfo G. Asenjo, para La Libertad: “Estamos ante el escritor más original que se ha conocido, ante un caso único, ante un caso excepcional, ante un escritor de recia obra, de contundente y concisa prosa y de absoluta independencia”.
Como autor dramático, Burgos Lecea “quiere llevar sus planteamientos vitales al escenario, a través de un teatro de vanguardia… Pretende renovar el teatro español y aun del mundo”. En 1930 publica en El Imparcial su Manifiesto sobre la fundación del “Teatro de la nueva literatura”, en el que, además de clamar por la renovación y la juventud, es implacable con empresarios, directores, cómicos, autores, y llega a asegurar que el teatro español está podrido por fuera y por dentro.
Escribió y representó (no fueron publicadas) dos obras: La heroína del amor sublime (1928) y La rosa inmarchitable (1930). Los “severos palmetazos de la crítica” no le impidieron continuar con su infatigable afán (que diría Luis Landero). Creó la Agrupación Teatral La Cancela Abierta y, posteriormente, el Teatro Íntimo El Mirador.
Emprendió también una aventura editorial con la publicación del periódico Frente Literario, que pretendía ser una continuación de la labor de vanguardia de la desaparecida Gaceta Literaria, de Giménez Caballero. Llegaron a salir cuatro números, aunque Mauricio Gil Cano solo ha podido localizar los tres primeros en la hemeroteca de la Residencia de Estudiantes de Madrid. En el número 1 aparece el manifiesto del “Verticismo”, forma de vanguardia que Burgos Lecea resume como “la unión de la Ciencia y el Arte, para vencer al Dolor y al Odio”. El número 3 está dedicado por completo a Juan Ramón Jiménez, al que, además, se le preparó un homenaje en la Feria del Libro madrileña. Hilarante y esclarecedor este episodio con el gran poeta onubense (así como un encuentro anterior con el dramaturgo Jacinto Benavente) que, me van a permitir, no desvelaré.
Dejemos aquí estas pinceladas, que solo han pretendido adelantarles algunos aspectos (el rigor, la curiosidad, la pasión) de esta pequeña joya que seguro encontrarán en la librería más cercana.
Francisco Burgos Lecea, tras la Guerra Civil, estuvo en varias cárceles franquistas, hasta su liberación el 19 de diciembre de 1950. “Cuando después de muchos años, salió en libertad y se halló ante el espectáculo de su hogar y las dificultades de ganarse la vida bajo un régimen que le era hostil, se lanzó de cabeza por la ventana de su casa, un quinto piso”. Era el 5 de marzo de 1951.
Versos decimales: nuevo poemario del gaditano Fernando Lobo
Publicado en Diario Bahía de Cádiz3 de enero de 2017
Fernando Lobo, que prepara un nuevo disco con el que celebrará sus diez años de grabaciones, ha lanzado con la editorial Dalya su nuevo libro, un segundo poemario con el nombre de ‘Versos decimales’; donde a modo de juego se adentra en el mundo de la décima (una estrofa del siglo XVI), escribiendo poemas que abordan temáticas de lo más dispar y exprimiendo diferentes posibilidades del lenguaje. Incluye colaboraciones con Aute, Sabina, Drexler, Téllez, Rozalén o Benítez-Reyes.
El músico y escritor gaditano Fernando Lobo, que prepara un nuevo disco, ‘En petit comité’, con el que celebrará sus diez años de grabaciones, ha lanzado recientemente con la editorial Dalya su segundo poemario, ‘Versos decimales’.
Se adentra en el mundo de la décima (estrofa clásica creada en el siglo XVI por el rondeño Vicente Espinel), moviéndose por su estructura “como un acróbata de la palabra”, escribiendo poemas que abordan temáticas de lo más dispar y exprimiendo diferentes posibilidades del lenguaje, “afrontando la escritura como un juego, aunque también con rigor y oficio”. En sus páginas entrelaza tanto versos poéticos como irónicos, íntimos, divertidos, críticos, cotidianos, filosóficos o experimentales, “rompiendo barreras entre lo clásico y lo actual, entre lo oral y lo escrito, o entre lo culto y lo popular, dando lugar a un libro muy dinámico”, se reseña en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
Este proyecto, que empezó como un juego en las redes sociales, como ejercicio de técnica y desafío al ingenio, ha crecido y se ha plasmado en el papel “con la expresividad que esta sonora estrofa derrocha”. El resultado es ‘Versos decimales’, un conjunto original de rimas “para todos los gustos”, incluyendo algunas co-escritas con músicos (Aute, Sabina, Ruibal, Drexler, Rozalén…), poetas (Juan José Téllez, Felipe Benítez-Reyes, Alexis Díaz Pimienta…), gente del Carnaval (Ana López Segovia, Argüez…) y algún rapero (Cifra 3) que también se han unido a esta “fiesta del verso”. El diseño de la cubierta es obra del artista gráfico Paco Mármol.
La obra de Lobo se define como “una búsqueda continua de la expresividad, tanto en su música como en su manera de escribir”. En ambas facetas alterna diversos registros que determinan la personalidad heterodoxa de sus creaciones.
Ha recorrido escenarios selectos compatiendo cartel con artistas como Joaquín Sabina, Rozalén, Serrat, Kiko Veneno o Javier Ruibal (entre muchos otros). Ha publicado tres discos (‘Vengo’, ‘Encrucijada’ y ‘Para seguir’) y actualmente prepara el cuarto, apoyándose en el micromecenazgo.
Y antes de ‘Versos decimales’ ha publicado otros dos libros: ‘Nosequé Nosecuántico,’ novela de ciencia-ficción y humor co-escrita junto a Israel Alonso y ‘Diario del niño que quería ser poeta o pájaro’, de poesía. También se incluyen poemas suyos en las obras colectivas ‘Estrofalario’ y ‘65 Salvocheas’. Además ha colaborado escribiendo para periódicos y revistas culturales.